viernes, enero 18, 2013

A la zorra le hacen un Firefly


"Don't trust the b---- in apartment 23" es el imposible título de la mejor sitcom actual que (casi) nadie está viendo. Nahnatchka Khan ha creado una comedia de aspecto blanco y amable, fotografía luminosa y melodía cantarina, pero que lleva en sus entrañas una considerable dosis de mala baba. Da una vuelta de tuerca a la eterna situación "compañeros de piso de caracteres opuestos" y consigue que empaticemos tanto con la adorable, conservadora,  rubísima, pepona sureña, amante-de-todo-lo-rosa y en el fondo cateta pueblerina June; como con la asaltacamas, desprejuiciada, manipuladora, mentirosa, amoral, hijadelagrandísimaputa en definitiva, Chloe. Interpretada esta última por una Krysten Ritter despiporradísima, en las antípodas del papel con que la conocí, la novia/casera de Jesse en "Breaking bad". Sin embargo, el verdadero plato fuerte de esta comedia es, quién iba a decírnoslo, James Van Der Beek, aquel sosainas protagonista de esa serie juvenil que todo el mundo ha visto menos moi, "Dawson crece", y que marcó a una generación de teenagers ytalyeso. Van Der Beek se interpreta a sí mismo en modo "Gervais ON", uséase, parodiándose hasta la autohumillación, con un sentido del humor (ya demostrado en alguna otra ocasión) envidiable y pateando el culo del Matt Leblanc de "Episodes". Sus rencillas con sus archienemigos Mark-Paul Gosselaar y, en particular,  Dean Cain en una supuesta edición de "Dancing with the stars" son de traca. 

Sin embargo, la cadena ABC ha hecho auténticos estragos con esta joya de culto. Emitió los primeros 7 episodios y la cerró como si fuera una temporada, dejando los 8 restantes para acumular con la temporada 2. Ya de por sí esto tiene el inconveniente de una segunda temporada larguísima, hasta el punto de que están emitiendo dos episodios por semana desde enero. Lo peor es que no se están molestando en seguir el orden de producción previsto, tal como sucedió con otra serie de culto con la Fox (y si tengo que decir cuál es no merecéis estar leyendo este blog). Siendo cierto que, normalmente, en una sitcom no suele haber fuertes lazos de continuidad entre capítulos (y menos una tan absurda como esta), hay cosas que chocan con la inteligencia del espectador. Como por ejemplo, que June haya encontrado el trabajo de sus sueños en Wall Street, y que en el capítulo siguiente siga sirviendo cappuccinos en el Starbucks de turno. Está claro que no confían en la serie y que la guillotina de las malas audiencias va a caer sobre ella. Eso no justifica la falta de respeto a los que han participado en la serie y en sus consumidores, por pocos que sean, que merecen que el producto sea visto tal como se concibió. 

 APDEIT: hace unos días fue anunciada ya oficialmente su cancelación. Llamadme Nostrabranches. 

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