domingo, marzo 17, 2013

One Hit Wonders: Around my dream






Oh, el italodisco, fuck it. El estilo musical que mis amigos decidieron que iba a ser el mío durante mi adolescencia. Den Harrow, David Lyme, Spagna, Baltimora, Miko Mission, etcétera. La electrónica al poder, el hard casio como forma de vida, letras para niños de EGB: la hombrera es bella y estamos orgullosos de ella. Escucho alguna de estas canciones y me viene a la cabeza un flash en el que estoy en clase con el walkman, encasquetándole los auriculares a los colegas porque he podido grabar el Max Mix 3 (primicia absoluta de los 40) de la radio Y NO HAY MÁS NOTICIA QUE ESA. Y sin embargo, el primer disco que me compré fue... el "Islands" de Mike Oldfield: rock sinfoplasta del bueno. Lo cual ya era prueba del espíritu de contradicción que a esas alturas ya me asolaba. O de que no tenía ningún tipo de criterio, ni musical ni del otro. Rayos, seguramente eran las dos cosas, y alguna tara más que ninguna pastilla conocida puede aligerar.

El italodisco es un género denostado con el paso del tiempo, y con plena justicia, pero se le ha de reconocer su aura precursora de los estilos discotequeros que le sucederían; hoy en día la inmensa mayoría de todos esos temas suenan como auténticos hijos de su tiempo, lo cual, si nos referimos a los años 80, nunca suele ser bueno. En cualquier caso, lo cierto es que los triunfadores parciales de esta corriente musical no pasaban de tener un par o tres de éxitos prácticamente mellizos y luego perderse en el limbo de las musicassettes rayadas por el paso del tiempo. Como ejemplo paradigmático, este Silvio Pozzoli, que sabe dios por qué cambió el nombre a Silver, y que arrasó (mejor dicho: ARRASÓ) con este "Around my dream" stupido ma veramente cantabili. El falsete de la parte final, en particular, es glorioso. El amico Silvio no volvió a oler semejante triunfo, pero ha ido sacando para tabaco durante su carrera, y si alguien saber más, pregunten aquí. Yo sólo puedo añadir dos cosas: una, que el tema aguanta mejor que la gran mayoría de sus primas italodiscas; y dos, que Pozzoli se parece inquietantemente a Kaká con pelo largo. Y ahora que lo pienso, su época dorada ha durado más o menos lo mismo.

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